En ecdótica (crítica textual menor), en filología, existe el método basado en redacción para el análisis de textos. En parte, la idea es lograr aproximaciones a preguntas sobre quién, dónde, por qué, para qué se ‘le ha metido mano’ a un texto publicado en un punto en tiempo y espacio y leído en otro punto distinto de tiempo y espacio. Todo esto para asistir a quien desee lograr interpretaciones más amplias de dicho texto en aun otro tiempo y espacio.
Las palabras del lenguaje, y los conceptos que algunas refieren, son una herramienta natural para expresar y pensar. No son “leyes” de la naturaleza, sino convenciones. Por ejemplo, la palabra «sandía» y la fruta material guardan entre sí –al menos– una relación arbitraria y –por mucho– convencional. En función de un cultivo concreto, tal herramienta puede ser usada con mayor o menor destreza para lograr fines concretos de todo tipo. Si intento expresar mi deseo de comprar esa fruta en particular —mismo ejemplo—, entonces usar la palabra «sandía» contribuye a realizar ese deseo en un diálogo en español con el dueño de la frutería. Por analogía, llegar al destino deseado dependerá de la destreza con la que se use el mapa elegido. ¿Cuánto podría lograr un recién llegado turista a la ciudad de Tokio, Japón, usando un excelente mapa de la ciudad de Managua, Nicaragua? Interpretar el lenguaje, analógicamente, es cartografiar los territorios que deseamos transitar y explorar. Pero a sabiendas de que el territorio mismo no está disponible de manera directa, sino sólo de manera indirecta: a través de mapas lingüísticos, los cuales son conceptuales. Hay muchos mapas y muchos territorios por elegir al intentar lograr nuestros deseos.
A continuación, un ejemplo tomado del texto de una constitución política vigente, el cual podría permanecer vigente por muchos años, décadas, siglos o milenios: la diferencia en composición —las palabras y la estructura elegidas— entre los párrafos indicados en azul es evidencia que sugiere que fueron redactados por dos personas diferentes. Lo cual significa que no usaron el mismo mapa y, por tanto, intentan llegar a destinos diferentes.
Fuente: Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos.